Sol Carnicero: "Yo no busqué ser directora de producción, pero es un trabajo que he amado y defendido"

2022-04-21 09:58:21 By : Ms. Phoebe Pang

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Sol Carnicero recibe este martes el premio Ricardo Franco del Festival de Málaga por su larga trayectoria profesional

Fue la primera directora de producción de España y ha trabajado codo con codo con Azcona, Berlanga, Pilar Miró y Jaime Chávarri, entre otros cineastas

La director de producción Sol Carnicero, este martes en la terraza del hotel AC. / C. F. (Málaga)

Cristina Fernández Málaga, 22 Marzo, 2022 - 14:58h

Le da cierto pudor recoger el Premio Ricardo Franco que el Festival de Málaga otorga a los profesionales del cine que, normalmente, ocupan puestos técnicos y menos visibles. Pero la directora de producción Sol Carnicero atiende a los periodistas con generosidad para recordar un camino que empezó hace más de medio siglo. "En 55 años de profesión ha habido miles de momentos, no son anécdotas, son meses, años, películas, mucha vida", dice. Algo que quizás se haya podido parecer a lo que soñó cuando iba al cine del barrio a sumergirse en la ficción que salía de la pantalla grande. 

-¿Cómo se siente con el reconocimiento?

-El premio me cayó de golpe, la verdad es que no pensaba yo que pudiera estar en la mente de nadie en este momento. Y de hecho no me gustan este tipo de reconocimientos, los prefiero más íntimos y personales. Y esos los he tenido. Durante mi trabajo siempre se me ha reconocido lo que he hecho bien, lo que he hecho mal también, y me he sentido suficientemente satisfecha. Aún así, lo he ido asumiendo y me he dado cuenta de que es muy bonito, que el premio no es solo a mí, sino a los directores de producción que tienen un puesto muy poco visible y que no se sabe lo que es, que no se les reconoce.

-¿Considera que este reconocimiento pone en valor la dirección de producción en cine?

-Sí, por eso digo, que lo pone en valor para todos, no solo para mí. Yo no sé si volveré a hacer una película en este cargo. Ya con mi edad posiblemente lo que me quede por hacer será en puestos más retraídos. En la dirección de producción se sufre mucho y se pasa muy mal. Está bien que se reconozca ese trabajo. 

-¿Por qué se sufre mucho?

-Porque supone llevar a puerto una serie de compromisos que, a veces, son fáciles y otras no. Trabajamos a las órdenes de productores y directores que quieren una serie de cosas que no siempre se pueden hacer. Así que hay que saber decírselo, asumir que no somos magos y no podemos hacer determinadas cosas y explicarlo, tener soluciones que sean parecidas a lo que se quiere en principio y, si no las tenemos, lo que debemos hacer es desistir y no hacer el proyecto. Hay determinados proyectos que se hacen mal desde el principio y no se deberían de hacer. 

-Es que la imaginación es muy libre...

-Así es, pero para eso que se dediquen a escribir novelas. En un libro puedes poner lo que te de la gana pero en una película no. 

-Uno de pequeño no sueña en ser director de producción, ¿no?

-No, no. No creo que nadie haya soñado nunca con ser director de producción. En mi caso quería meterme en el mundo del cine, porque era una niña de barrio que tenía tres cines alrededor de casa y muy pocas cosas más y todo el tiempo que podía me lo pasaba en un cine. Pensaba que ahí se debería de soñar, de vivir de otra manera. Para todos el cine es eso, algo que no solemos tener a nuestro alcance. Y eso es lo que quise hacer desde que empecé a trabajar en televisión. 

"En una novela puedes escribir lo que te de la gana pero en una película no"

-¿Ahí encontró su camino?

Sí, fui metiéndome por unos caminos y por otros hasta encontrar el mío, que no lo busqué yo, me iban poniendo, pero al final me gustaba donde me colocaban. Llegué a este puesto, lo he amado, lo defiendo y me parece importantísimo dentro de una película. 

-¿Cómo entró en televisión?

-Era una prueba para ser secretaria de despacho de lo que se llamó Programas para el Exterior. Me presenté con 16 años, aunque pedían que se tuviera 18. Me hicieron una prueba y la hice estupendamente, me puse unos tacones, me había pintado y di el pego. Cuando firmé el contrato se vio la edad. Pero no era ilegal, ya podía trabajar. 

Sol Carnicero, este martes en el encuentro con los medios. / Javier Albiñana (Málaga)

-¿Cómo fueron esos primeros momentos profesionales?

-Todos estupendos, salvo enfermedad de gente cercana o personas que me hayan faltado, lo demás ha sido muy fructífero, muy agradable y todo ha ido sumando. A estas alturas ya sueño poco pero sí que tengo mucho pasado. 

-Creo que Chico Ibáñez Serrador le tiró un zapato cuando lo interrumpió en la mesa de montaje porque le llevaba un recado...

-Sí, pero no salí corriendo y le contesté. Siempre he sido muy descarada y he tratado de ser muy justa y que se trate bien a la gente. Aquello me pareció un desplante y se lo dije. Luego no solo me pidió perdón, sino que me dijo que fuera a trabajar con él. Le debió de gustar el gesto.

-¿Y cómo era Chicho?

-Muy exigente pero sabía muchísimo. El tiempo que estuve trabajando con él fue un máster intentísimo. 

-A finales de los 60, cuando empezó en el audiovisual, ¿había pocas compañeras de profesión?

-Compañeras en TVE había muchas, casi todas éramos secretarias... luego cuando me he ido metiendo en responsabilidades mayores, es verdad que había más hombres, pero no lo veía extraño. Nunca me he sentido como un pulpo en un garaje, ni una chica sola. Me he sentido una persona más dentro de un equipo. 

"Es verdad que había más hombres, pero nunca me he sentido como un pulpo en un garaje, ni una chica sola, me he sentido una persona más dentro de un equipo"

-Que tenía que trabajar y hacerlo bien, como todos...

-Sí, como lo hacían mis compañeros. 

-Fue la primera directora de producción de España.

-Sí, pero porque cayó en ese momento, estaba yo y me tocó. No le veo ningún mérito especial. El único mérito es hacer lo que tienes que hacer y hacerlo bien, ser la primera o la quinta me da exactamente igual. 

-Entró en el cine de la mano de los grandes de ese momento como Azcona y Berlanga. ¿Cómo llegó ahí?

-Rompí con Chicho porque él decidió quedarse en el Un, dos, tres... y eso a mí me cansaba un poco, me parecía que la etapa estaba explotada. Así que Lola Salvador me llevó hasta el productor Alfredo Matas y empecé en el cine pero desde abajo también. Fui aprendiendo de José Manuel Herrero, que me enseñó todos los detalles de la profesión, hasta que me dieron una película a mí. 

-Entiendo que esa etapa sería muy fructífera, trabajando codo con codo con Berlanga, Chávarri, Pilar Miró, Sacristán...

-Yo creo que lo único que he sabido y he querido hacer en la vida es no perder el tiempo y acercarme siempre a personas de las que pueda aprender y estén dispuestos a soportarme y enseñarme. Y luego, que todo lo que me han encargado, he intentado hacerlo lo mejor posible. Por eso siempre he estado al lado de personas muy interesantes. 

-¿Recuerda con qué película tuvo que afrontar la mayor dificultad?

-Cuando daba clases, a los alumnos siempre les decía que los imprevistos tienen que estar previstos. Solo he tenido una vez un imprevisto que me pilló muy de sorpresa. Rodando Los jinetes del alba, estábamos en Portugal y se declaró la peste equina. Rodábamos con caballos y no pudimos movilizar los caballos. Tuve que cambiar todo el plan de trabajo, cambiar contratos, etcétera. Fue muy complicado y lo pasé bastante mal. Pero me justificaba pensando que prever una peste equina es verdad que era muy complicado. Ahora con el Covid me he dado cuenta de que las cosas podían llegar a ser mucho peor. Me he acordado mucho de los que estaban rodando cuando estalló la pandemia.  

"Cuando rodaba 'Los jinetes del alba' se declaró la peste equina y fue muy complicado. Con el Covid me he dado cuenta de que las cosas pueden llegar a ser mucho peores"

-¿Cómo ha cambiado el cine desde sus primeras películas?

-Todas las generaciones van cambiando con el ritmo en el que cambia la sociedad, con las necesidades y los gustos actuales. Lo único que sí para mí ha cambiado es que yo tuve un momento de trabajar con un equipo tan compacto, tan bueno, que ese no lo he vuelto a encontrar. Eran Alfredo Matas, Rafael Azcona y Luis García Berlanga. Y esos tres cerebros unidos no los he vuelto a encontrar. Por lo demás, el cine lleva la evoluciión que tiene que llevar y lo que pide la gente. 

-Ahora está centrada en su proyecto de alfabetización audiovisual en centros educativos

-Sí, en proyectos que me requieran menos dedicación física y que me den lugar a reflexionar y ver cómo puedo influir para que las cosas estén mejor. 

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